lunes, 1 de junio de 2015
Ninguno de los casos usados por The Wall
Street Journal para vincular al presidente de la Asamblea Nacional de
Venezuela, Diosdado Cabello, con el tráfico de drogas han estado
relacionados con funcionarios de la nación suramericana de acuerdo con
los registros judiciales y los datos oficiales de los Estados Unidos y
de España.
Por el contrario en uno de los casos, es
un general colombiano, que durante el gobierno de Alvaro Uribe dirigió
la unidad antinarcóticos de Colombia, quien estaba vinculado con el
principal acusado por la justicia estadounidense, Luis Frank Tello
Candelo, según los testimonios y pruebas ofrecidas por un ex oficial de
policía que trabajaba para los carteles de Cali y el norte del Valle,
según informó el diario El Espectador el 3 de julio de 2012.
El de Tello Candelo es uno de los casos
citados por el diario estadounidense, The Wall Street Journal, para
apuntalar los señalamientos que, sin motivación aparente y sin datos
oficiales, hizo el lunes antepasado contra el diputado Cabello.
El otro caso que el rotativo menciona es
el de Roberto Méndez Hurtado, un hombre vinculado con el cartel del
Norte del Valle, relacionado con al menos dos procesos de tráfico de
drogas y uno de lavado de activos en Puerto Rico, y que fue condenado a
19 años de cárcel en septiembre de 2014 por una corte de Florida, tras
llegar a acuerdos para reducir su condena.
Los generales de Uribe
Luis Frank Tello, conocido como el Negro
Frank, fue aprehendido en 2010 por las autoridades venezolanas en la
exclusiva urbanización Macaracuay, ubicada el municipio Sucre del estado
Miranda, en la zona metropolitana de Caracas.
Su captura se produjo en el marco de una
operación con colaboración internacional, coordinada por la Interpol, y
que en Venezuela fue dirijida por el ministro del Interior de la época y
actual gobernador del estado Aragua, Tareck El Aissami.
Tello fue deportado a los Estados Unidos
el 11 de julio de 2010, donde era requerido por un tribunal de Nueva
York. Con el fueron enviados otros jefes del tráfico de drogas como
Carlos Rentería Mantilla y Carlos Ojeda Herrera.
Posteriormente, en el municipio Chacao,
tambien en Caracas, fue apresada la mexicana Gloria Rojas Valencia,
compañera sentimental de Tello, e integrante de la organización
delictiva azteca conocida como Los Zetas.
Tello, quien formaba parte de Los Zetas,
y además era el segundo al mando de la organización de Daniel "El Loco"
Barrera, había sido detenido en Colombia en 1996, en el marco de una
operación del DAS y la DEA, donde aprehendieron a otras 14 personas
relacionadas con el tráfico de estupefacientes, pero quedó en libertad
en 1999, ya que su expediente desapareció, indicó en esa oportunidad el
ministro El Aissami.
Los nexos de Tello con funcionarios
policiales y oficiales colombianos corruptos se remontan a esos años, y
la información de esas relaciones estalla en 2012 con el proceso
iniciado en una corte de Virginia contra el jefe de seguridad de Alvaro
Uribe Velez cuando fue presidente, el general Mauricio Santoyo Velasco.
El proceso contra Santoyo, quien
finalmente fue condenado a 13 años de cárcel tras declararse culpable de
colaborar con grupos terroristas (paramilitares), permitió registrar
una serie de testimonios de antiguos oficiales de policía que habían
trabajado para organizaciones delictivas como la Oficina de Envigado y
otros carteles de droga.
Y en lugar de salir a la luz nombres de militares o autoridades venezolanas, surgieron más generales colombianos.
Uno es el general César Augusto Pinzón,
excomandante de la Dijín y de la Policía Antinarcóticos, quien fue
acusado por el mayor (r) de la Policía, Byron Ernesto Ordóñez Portilla,
por recibír pagos a través de otro oficial retirado llamado Jorge
Orjuela Castilla, alias Nico para proteger las exportaciones de droga a
los EEUU, según un detallado informe del diario El Espectador, publicado
en julio de 2012.
En concreto se señala que Ordoñez, dijo
el 22 de febrero de 2011 que sabía que Tello Candelo, alias Negro Frank,
le envío $40 millones a Pinzón que fueron entregados por Nico.
Byron Ordoñez, en su amplia declaración,
relató que Pinzón —uno de los oficiales más condecorados en 30 años de
trayectoria y cerebro en las capturas de Don Mario y Miguel Ángel Mejía
Múnera, entre otros— era muy cercano al capitán Edward García, alias
Orión, otro de los oficiales que cambiaron de bando al servicio de la
‘Oficina de Envigado’. Según Byron Ordóñez, cuando él y el capitán
García fueron suspendidos por corrupción en la Policía fueron a hablar
con Pinzón para que intercediera por ellos, según el diario colombiano.
En abril del año pasado el Departamento
de Estado de los EEUU confirmó que la visa de Pinzón había sido revocada
y según el conglomerado de noticias Caracol el Departamento de Justicia
le habría informado a autoridades colombianas que pediría la
extradición del oficial.
Vale mencionar que Pinzón también fue
investigado en 2013 por la fiscalía colombiana por presuntamente estar
en una nómina de oficiales de ese país que había recibido mensualmente
30 millones de pesos para facilitar información que ayudara a evitar la
captura de Daniel "El Loco" Barrera. Este jefe del narcotráfico había
sido detenido también por las autoridades en 2012 por las autoridades de
Venezuela y en su oportunidad medios policiales advirtieron que Tello
Candelo era socio de Barrera.
El hecho es que, pese a la insistencia
de voceros y medios de prensa de derecha en Venezuela, en esa
oportunidad no se estableció un vínculo documentado entre ambos
traficantes y funcionarios venezolanos de alto nivel como sí fue el caso
con los oficiales colombianos.
Tampoco en la documentación generada por
las autoridades judiciales de EEUU se mencionan a oficiales venezolanos
y mucho menos al jefe del parlamento de la nación suramericana.
Todos los elementos en que se sustenta
la acusación de The Wall Street Journal, es la presunción de que la
presencia de Tello debía estar protegida por altos funcionarios,
incluyendo Cabello, quien paradójicamente no ha tenido responsabilidades
directas en el aparato de seguridad de Venezuela en los últimos 12
años.
Lavado en Puerto Rico y aviones en el Caribe
El otro caso alegado en la publicación
de WSJ es el de Roberto Méndez Hurtado, líder de la célula del Caribe
del cartel colombiano Norte del Valle y De Los Santos, quien fue
capturado en 2011 en Cuenca, Ecuador, por las autoridades de esa nación.
Fue deportado a Colombia y en 2012 la
Corte Suprema de ese país autorizó su extradición a los EEUU, donde era
requerido en las fiscalías de Massachussets, Sur de la Florida y Puerto
Rico, por cargos de tráfico de cocaína y lavado de dinero.
Tampoco en ninguno de esos procesos
figuran autoridades u oficiales de Venezuela, si bien el del Sur de la
Florida registra como origen de los embarques aéreos de droga el estado
Apure.
Por estas acusaciones Méndez Hurtado se
declaró culpable y fue condenado a 19 años por la juez Marcia Cooke, del
distrito Sur de Florida, en septiembre pasado, según informó
oficialmente la fiscalía.
La pena proyectada para Méndez Hurtado
era de cadena perpetua y se estima que logró acuerdos para obtener una
sanción más benevolente. Sin embargo, en esos acuerdos que sin duda
incluyen delaciones, no figuran señalamientos contra Cabello o
dirigentes venezolanos de nivel similar.
El esquema de tráfico consistía en
llevar la droga desde el límite venezolano con Colombia, en avionetas
que la transportaban hasta el mar Caribe sobre las Islas Vírgenes
británicas. Los embarques eran arrojados al agua en ubicaciones
indicadas con bengalas luminosas, donde la recogían lanchas rápidas que
la llevaban a tierra firme en el sur del estado de Florida.
El mecanismo también contemplaba el uso
de pistas clandestinas en Honduras y Guatemala, y el traslado del dinero
producto de la venta a Puerto Rico con el propósito de llevarlo a
Venezuela por avión para su lavado.
En el proceso fueron enjuiciadas 13
personas, capturadas simultáneamente en EEUU, Puerto Rico, Islas
Vírgenes, Colombia y Ecuador.
Es pertinente destacar lo referido al
lavado de dinero presumiblemente en Venezuela, pues se trataría del
mismo mecanismo que promueve una inflada tasa cambiaria en un mercado
paralelo de divisas, y que es impulsada a través de sistemas de
información especulativa como el portal web Dolar Today.
De hecho ya Méndez Hurtado venía usando
un mecanismo de alta precisión para legitimar los ingresos por la venta
de la droga, a través de la triangulación con importadores colombianos
que requerían de divisas.
El esquema fue desmantelado en febrero
de 2011 en una operación coordinada por el Servicio de Inmigración y
Control de Aduanas (ICE), la DEA y la policía de Puerto Rico, y que
culminó con la detención de 23 personas en Colombia, República
Dominicana y el propio territorio boricua, según reseñó el diario
dominicano El Nuevo Día.
La fiscal federal Myriam Y. Fernández,
quien estuvo a cargo del caso, explicó que, por ejemplo, contactos de
esta organización recogían el dinero en efectivo producto de las ventas
de cocaína y lo depositaban en pequeñas cantidades en bancos locales o
lo usaban para hacer compras solicitadas por sus contactos en el cartel
colombiano.
La organización operaba con dos
contactos del dueño de la droga, uno en Puerto Rico y otro en Colombia,
que fungían como corredores de valores.
Ese corredor en Colombia, según explicó
Fernández, se ponía en contacto con comerciantes legítimos de su país
que compran bienes a compañías estadounidense y le ofrecía el dinero
sucio de las ventas de droga que físicamente se encontraba en Puerto
Rico para que lo utilizaras en sus compras en Estados Unidos.
Una vez el comerciante legítimo en
Colombia aceptaba ser parte de la transacción, el contacto en Puerto
Rico se encargaba de pagar las compras del comerciante colombiano con
los dólares de las ganancias de las ventas de cocaína.
Cuando la mercancía le llegaba al
comerciante colombiano éste le pagaba en pesos colombianos al contacto
en ese país, quien a su vez le entregaba el dinero al dueño del cartel
del Norte del Valle y de los Santos.
Este mecanismo coincide con el que usaba
el asesor financiero austrico-venezolano, Martin Lustgarten, detenido a
principios de abril en Miami y enjuiciado en Boston acusado de
legitimar unos 100 millones de dólares de las organizaciones
paramilitares colombianas dedicadas al narcotráfico.
Lustgarten, quien creció en Caracas y
está relacionado familiarmente con familias de la comunidad judía
venezolana, operaba empresas ficticias en Panamá, Singapur y Hong Kong,
para promover importaciones y asesorar a empresarios venezolanos con
dificultades para obtener divisas.
De esa manera logró legitimar divisas
provenientes de la venta de drogas a través de su colocación en el
especulativo mercado cambiario paralelo e ilegal que afecta la economía
venezolana.
En todo caso, de nuevo, en la
documentación e información generada no han surgido datos que relacionen
al parlamentario venezolano Diosdado Cabello con esas operaciones, las
cuales forman parte en este momento de una feroz ofensiva que pretende
desestabilizar la economía y las instituciones del gobierno bolivariano.
Una "olla" con periódicos de ayer
En periodismo una "olla" es una noticia
fabricada o "cocida" con elementos informativos reales mezclados con
hipótesis y suposiciones con el fin de sustentar un evento que
claramente no ha ocurrido.
Ese es el caso de los señalamientos que
primero hizo el diario madrileño ABC, en marzo , y que ahora retoma The
Wall Street Journal: sobre la base de retazos o restos de información
quieren sustentar la tesis de que Cabello es un traficante.
Con base en casos reales de tráfico de
drogas se intenta establecer un vínculo arbitrario con el parlamentario.
El asunto funciona asi: por Venezuela pasó un avión con droga, Diosdado
es el presidente del parlamento y segundo en la línea de sucesión
presidencial por lo que debe saber todo cuanto ocurre el Venezuela, y
viene la conclusión, si el avión con droga pasó, fue porque Diosdado lo
dejó pasar ya que como jefe de los diputados debe saber todo lo que
ocurre en el país.
Ni los datos formales ni los
extraoficiales divulgados desde el inicio de los dos casos que menciona
The Wall Street Journal, han ofrecido el más mínimo elemento que los
relacione con el parlamentario. Ni siquiera los voceros son precisos,
sólo personas "familiarizadas" con los casos.
ABC, experto cocinero, quiso aportar su
guiso también y el 20 de mayo acusó a Cabello de haber contratado el
avión Bombardier que en agosto de 2012 fue cargado con 1,4 toneladas de
drogas y llevado hasta la isla Gran Canaria.
Inevitablemente la olla le quedó muy
mal, pues ya la justicia española había determinado que la droga era de
un traficante de armas libanes, Ali Kleilat, que actualmente espera en
Bélgica su extradición a EEUU.
Otra vez no fue Diosdado y las ollas se les están volviendo "caliche"*.
*Caliche: simplemente información sin relevancia.
(Latabla.blogspot)
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